La aportación de capital es una contribución de fondos o bienes a una empresa por parte de los accionistas de la misma. La aportación aumenta la participación de los accionistas en el capital de la empresa. Aunque se introduce capital adicional en la empresa, los accionistas no reciben acciones a cambio ni están creando deuda.
Aparte de las cuentas bancarias de la empresa, los accionistas de la empresa pueden financiar las operaciones cotidianas de la empresa mediante deuda o capital.
Los accionistas de la empresa pueden financiarla mediante un préstamo a pagar. Esto figura en el pasivo del balance y suele hacerse mediante un contrato de préstamo. Las condiciones de pago y los intereses pueden variar en función del acuerdo suscrito.
Alternativamente, los accionistas pueden aportar más capital a la empresa sin adquirir nuevas acciones. Esta inyección de capital adicional se conoce como aportación de capital y se devuelve a los accionistas cuando y si la empresa lo considera oportuno. En el balance, esta aportación figura en los fondos propios y en una partida separada denominada «Aportación de capital» o «Reserva para aportaciones de capital».
Escenario
Fondos aportados como capital adicional o fondos prestados a la empresa por sus accionistas - 50.000 euros.
Doble asiento de la aportación de capital
DR. Banco 50.000 EUR RC. Reserva para aportaciones de capital (dentro de los fondos propios) 50.000 EUR
Préstamo a pagar doble entrada
DR. Banco 50.000 EUR
CR. Préstamo a pagar al accionista (en el pasivo) EUR 50.000
El apartado 3 del artículo 192 de la Ley Maltesa de Sociedades Anónimas establece lo siguiente:
“[…] los beneficios de una sociedad disponibles para su distribución serán sus beneficios acumulados y realizados, […]
Mientras que la cuenta de prima de emisión o la reserva para amortización de capital se consideran «reservas no distribuibles» (apartado 3 del artículo 193 de la Ley de Sociedades Anónimas) y que existen normas sobre cuándo utilizarlas o no, en el caso de la donación de efectivo es posible que se clasifique como «reserva distribuible» siempre que se cumplan las siguientes condiciones:
Siempre que se cumplan los tres factores anteriores, una donación de efectivo realizada por un accionista a su Sociedad se clasificaría como «reserva distribuible».
Una de las ventajas de una reserva para aportaciones de capital es que una sociedad que ha registrado pérdidas durante varios años -por lo que no puede repartir dividendos- ahora puede repartir un dividendo porque la donación en efectivo supera las pérdidas acumuladas y, por lo tanto, siempre que se trate de beneficios asignados a la MTA/FIA de la sociedad, el accionista está ahora en condiciones de solicitar una devolución de impuestos.