¿Las rentas de los criptoactivos están gravadas en Portugal?
En el caso de las personas jurídicas, la tributación de los ingresos procedentes de las inversiones en criptoactivos parece más clara: todos los ingresos deben considerarse en la base imponible de la entidad y estar sujetos al impuesto sobre sociedades (véase el impuesto sobre sociedades en Portugal).
En cambio, la tributación de los ingresos procedentes de inversiones en criptoactivos obtenidos por personas físicas requiere un análisis más cuidadoso. El impuesto sobre la renta de las personas físicas en Portugal (IRS) tiene diferentes categorías de ingresos y cada tipo de criptoactivo puede generar potencialmente diferentes tipos de ingresos sujetos a tributación.
Actualmente, los ingresos derivados del uso de criptoactivos pueden, de hecho, entrar en cualquiera de las categorías de ingresos del IRS, ya que pueden ser utilizados como pagos en especie de ingresos con las respectivas características.
Así, (i) la adquisición original de criptoactivos (a través de la minería), (ii) la inversión en criptoactivos (por ejemplo, la compra y venta de NFTs) o (iii) la recepción de criptoactivos como pago de un bien o servicio o a través de una donación, pueden, en abstracto, ser transacciones susceptibles de generar rentas gravadas por el IRS.
Fiscalidad de las criptodivisas en Portugal
Paralelamente, hay inversores que creen en la existencia de una posición vinculante de la Autoridad Fiscal portuguesa (AT) aplicable a todas las situaciones relacionadas con la inversión en criptoactivos. Sin embargo, hay que destacar que la AT sólo se ha posicionado respecto a un determinado tipo de transacciones: la compra y venta de criptodivisas. De acuerdo con la posición adoptada en este entendimiento, las ganancias derivadas de la compra y venta de criptodivisas sólo pueden ser gravadas si se derivan de una actividad empresarial o profesional ("Categoría B")
Sin embargo, debido a las dificultades para evaluar si la compra y venta de criptodivisas se encuadra efectivamente en una actividad empresarial o profesional (debido a la ausencia, por ejemplo, de obligaciones de información específicas adaptadas a esta nueva realidad y a las dificultades para evaluar la habitualidad), Portugal se ha visto como un refugio para los inversores en estos activos.
